- Educadores ambientales impartieron seis sesiones formativas en las que participaron alumnos de educación primaria y en las que se incidió en la necesidad de poner en práctica el principio de las tres erres: reducción, reutilización y reciclaje
- En términos generales, conocían los distintos contenedores y su función, si bien el amarillo concentró el mayor número de dudas debido a que no todos los plásticos pueden arrojarse a este recipiente, sino únicamente los que son envases y envoltorios, además de las latas y los briks
- Algunos escolares manifestaron conocer el autocompostaje, ya que, en su vivienda, de carácter unifamiliar y con terreno, disponen de compostador para transformar los restos de alimentos y vegetales en abono que utilizan como fertilizante natural en sus huertos y jardines
Cerceda, a 3 de mayo de 2023.- Educadores de Sogama se desplazaron a la localidad pontevedresa de Nigrán para formar al alumnado de primaria del CEIP Humberto Juanes en la gestión sostenible de los residuos municipales, incidiendo en el principio de las tres erres (reducción, reutilización y reciclaje).
En total, se impartieron seis sesiones destinadas a un total de 300 escolares en las que se explicó la problemática representada por la alta producción de desechos en las sociedades modernas, la importancia de un consumo responsable para minimizar su generación, las posibilidades de la reutilización para alargar la vida útil de los productos y el papel fundamental que desempeña el ciudadano en el reciclaje mediante la correcta separación de residuos en origen y su posterior depósito en los contenedores de recogida selectiva: amarillo, para envases de plástico, latas y briks; azul, para papel y cartón; iglú verde, para envases de vidrio; contenedor marrón -en proceso de implantación en Galicia- para materia orgánica, y genérico, para la fracción resto. Con esta segregación se facilita la labor de las plantas de clasificación y reciclaje, posibilitando que los desechos se conviertan en nuevas materias primas y se reincorporen al circuito comercial, evitando el consumo de recursos naturales.
En términos generales, los alumnos conocían los distintos contenedores y su función, si bien el amarillo concentró el mayor número de dudas debido a que no todos los plásticos pueden arrojarse a este recipiente, sino únicamente los que son envases y envoltorios, además de las latas (de acero y aluminio) y los briks. Cuando estos materiales llegan a la planta de clasificación de Sogama, se separan mecánicamente a través de ciclones aspiradores, lectores ópticos, electroimanes y corrientes de Foucault. Cada tipología de material se prensa y embala para remitir al correspondiente centro reciclador.
El contenido del contenedor azul e iglú verde, una vez recogido, se remite directamente desde los ayuntamientos a los recicladores. En el caso de la fracción resto, se transporta al Complejo Medioambiental de Sogama en Cerceda (A Coruña), donde se separa la parte susceptible de ser reciclada (con procesos similares a los de la Planta de Clasificación de Envases) para remitir a la industria transformadora, valorizando energéticamente la fracción no reciclable. De hecho, la electricidad producida en Sogama equivale al consumo energético del 12% de los hogares gallegos.
El contenedor marrón está concebido para acoger la materia orgánica y transformarla en compost en la planta de biorresiduos más próxima.
Algunos escolares manifestaron conocer el autocompostaje, ya que en su vivienda, de carácter unifamiliar y con terreno, disponen de compostador para transformar los restos de alimentos y restos vegetales en abono que utilizan como fertilizante natural en sus huertos y jardines, cerrando así el ciclo de valorización de la materia orgánica. Todo un ejemplo de economía circular.
Saludos, Departamento de Comunicación